domingo, 28 de noviembre de 2010

2.    ETIOLOGÍA (CAUSAS)

Pese a las numerosas investigaciones realizadas en este campo, aun no se conocen con exactitud las causas de la disfemia.
Muchas son las teorías propuestas (neurológicas, psicogenéticas, lingüísticas, psicológicas,...) aunque parece ser una realidad la no existencia de un único factor responsable. Más bien se trata de un conjunto de factores asociados; podríamos hablar de una etiología multifactorial.
Como posibles causas de la disfemia podemos señalar las siguientes:

a) Herencia: El papel de la herencia es comúnmente aceptado como una posible causa del tartamudeo.

b) Sexo: Hay coincidencia entre los investigadores en que el porcentaje de varones tartamudos es muy superior al de mujeres (75% de varones), sin que se pueda dar una explicación satisfactoria.

c) Trastornos de lateralización: Existe una relación entre la tartamudez y los sujetos zurdos, sobre todo los mal lateralizados. Para Kovarsky (1950) la disfemia se presenta en los zurdos contrariados.

d) Trastornos neurológicos: Para M. Seeman la tartamudez consiste en una modificación del sistema palioestriado, provocado por las emociones o los estados afectivos violentos.

e) Trastornos en la estructuración temporoespacial:
Cualquier disfunción en la adquisición de la motricidad y de la organización del espacio podría generar una alteración del ritmo.

f) Alteraciones lingüísticas: No existe una correlación
causa-efecto entre el desarrollo del lenguaje y una alteración en la fluidez verbal, pues la mayoría de los niños y niñas con retrasos del lenguaje no tartamudean y, por otro lado, la mayoría de los niños y niñas con disfemia han seguido un desarrollo del lenguaje aparentemente normal.
Sin embargo, se acepta el hecho de que la mayoría de los niños y niñas disfémicos han tenido dificultades en la estructuración sintáctica, la adquisición semántica y las primeras articulaciones de los fonemas.

3.    FENÓMENOS CARACTERÍSTICOS SEGÚN EL DSM-IV

1.  Repeticiones de sonidos y sílabas.
2.  Prolongaciones de sonidos.
3.  Interjecciones.
4.     Palabras fragmentadas por pausas.
5.     Bloqueos audibles o silenciosos.
6. Circunloquios para sustituir palabras problemáticas.
            7.  Palabras producidas por un exceso de tensión física.
            8. Repeticiones de palabras monosilábicas.

4.    CLASIFICACIÓN

Se han descrito muchas clasificaciones de la disfemia o tartamudez
     
     Según Andrews y Harris (1964) existen tres tipos de tartamudeo:
-         Tartamudeo evolutivo: comienza temprano (2-3 años) con unos meses de duración en los que apenas aparecen unas cuantas repeticiones.
-         Tartamudez benigno: con una duración promedio de dos o tres años y que suele recuperarse espontáneamente hacia los 8 ó 10 años de edad.
-         Tartamudez o persistente: algunos autores lo llaman crónico, y es el que vemos en los adultos.
Esta clasificación está muy ligada a la edad de recuperación, si la hay, y a la gravedad del problema.
Otra clasificación que ha tenido gran importancia entre los especialistas dedicados al trastorno del lenguaje ha sido la distinción entre crónica-tónica.
·        Según Van Riper (1971) señala como tónico a los sujetos que presentan tensión alta y sostenida, así como respuesta fija y estable bajo la forma de bloqueo al hablar; y clónico aquellos sujetos que presentan conductas repetidas u oscilatorias con tensión muscular o no, pero con pequeñas series repetidas de espasmos que producen repeticiones al hablar.

Las dificultades de esta clasificación son:
1.     La dificultad para incluir a los sujetos en un grupo u otro puesto que la mayoría de los tartamudos presentan los dos tipos de errores.
2.     Sería más fácil, como señalan Dalton y Hardcastle (1977), referirse a “bloqueo” y “repeticiones” como distintos tipos de tartamudeo.
3.     Es meramente descriptiva y no tiene consecuencias prácticas.

·        Según Helm, Butler y Canter (1980) señalan las diferencias entre la tartamudez o disfemia de origen psicológico o psicogénica y tartamudez de origen neurogénico. El primer tipo, está relacionada con el desarrollo, teniendo un carácter más evolutivo y el segundo tipo está más relacionado con un traumatismo o malformación y tiene características de deterioro.

5.    TIPOS DE TARTAMUDEO
·          TARTAMUDEO POR REPETICIONES:
Este tipo de tartamudeo consiste en la repetición persistente y frecuente de sonidos, sílabas o palabras como por ejemplo: "t-t-t-t-tiene", "mi-mi-mi- mi papa". Estas repeticiones solo se considerarán problemáticas cuando se conviertan en un estilo del habla del niño, es decir, cuando aparezcan con una frecuencia excesiva.

·          TARTAMUDEO POR BLOQUEOS:
Este tipo de tartamudeo se caracteriza porque el niño se traba con las palabras, es decir, parece como si le costara "sacar" el sonido de las palabras. Esto suele ir acompañado de una intensa gesticulación, fuerza en los labios y en la mandíbula que le permiten finalmente "expulsar" el sonido deseado. Es frecuente que el niño busque otras palabras alternativas para decir lo mismo y evitar las palabras más problemáticas. Pueden también optar por tomarse una pausa al hablar, respirar con fuerza para intentar nuevamente pronunciar el sonido problemático. En español los bloqueos aparecen con mayor frecuencia en palabras que empiezan con las siguientes consonantes: "b", "c", "d", "g", "m", "n", "p", y "t".

·          TARTAMUDEO POR PROLONGACIONES:
En este caso el tartamudeo aparece por un exceso de duración de los sonidos de algunas palabras. Las consonantes en las que es más frecuente prolongar el sonido en español son: "f", "y", "l" y "s".

Estos tres tipos de tartamudeo pueden aparecer de forma aislada o, como es más frecuente, de forma combinada. A pesar de estas divisiones, es difícil encontrar a dos niños con un tartamudeo igual. Esto es debido sobre todo, a la importancia del contexto o situación donde el niño está hablando y las emociones asociadas a ello.

Y otros artículos de Guía de Psicología relacionados lo denominan:
Trastornos del lenguaje en la infancia
Hablamos de trastornos del lenguaje cuando un niño no desarrolla con normalidad las habilidades de comunicación y la capacidad del lenguaje. Hay diferentes tipos: disfasias, dislalia y tartamudez.

Disfemia

1.    DEFINICIÓN Y SINTOMATOLOGÍA
Cuando hablamos de disfemia o tartamudez debemos destacar que nos encontramos ante un trastorno funcional de la comunicación oral, que afecta al ritmo articulatorio de la palabra y que no deriva de ningún tipo de anomalía de los órganos fonatorios.

Se trata de un trastorno que exige la presencia de uno o varios interlocutores para que pueda evidenciarse que está exento de un marco sintomatológico preciso, por lo que son muchos los autores que señalan que no hay disfemias sino sujetos tartamudos.

El término “disfemia” o “tartamudez” ha experimentado notables transformaciones a lo largo del tiempo en cuanto a su conceptualización.

El DSM-IV entiende el tartamudeo como una alteración de la fluidez y de la organización temporal normales del habla (inadecuadas para la edad del sujeto), caracterizada por la concurrencia frecuente de uno o más de los siguientes fenómenos:

1.  Repeticiones de sonidos y sílabas.
2.  Prolongaciones de sonidos.
3.  Interjecciones.
4.     Palabras fragmentadas por pausas.
5.     Bloqueos audibles o silenciosos.
6. Circunloquios para sustituir palabras problemáticas.
                7.  Palabras producidas por un exceso de tensión física.
                8. Repeticiones de palabras monosilábicas.


Clásicamente, la tartamudez se definía como un problema del ritmo del habla. De una manera más moderna, se dice ahora que se trata de una alteración de la fluencia verbal.
La palabra fluencia viene del latín "fluere", que significa fluir, pero, el problema de la tartamudez no se limita en modo alguno a una dificultad en el ritmo del habla, la tartamudez implica a menudo mucho sufrimiento, por lo que tenemos derecho a plantear muchas cuestiones sobre ella teniendo en cuenta el punto de vista de la persona que la padece, aspecto este último generalmente descuidado u olvidado a la hora de definir el concepto de esta patología.

Para el hablante disfémico, tartamudear significa:
- No tener control sobre la propia emisión de la palabra.
- Perder la espontaneidad expresiva y el contacto con los que le escuchan.

En definitiva, carecer de una real posibilidad de comunicación.
Es evidente lo que llama la atención la tartamudez desde el primer momento, y el perjuicio para la comunicación que esto conlleva.
El combate que el individuo parece mantener contra sí mismo, más bien, contra una parte de sí mismo que tiene además la necesidad de disimular, de ocultar la dificultad, empujado por el temor a que los demás puedan intervenir de manera poco afortunada en el conflicto.
Para la persona tartamuda, el núcleo del problema se halla también en la incertidumbre del desenlace de este combate.
Por tanto, no debemos olvidar, el punto de vista del que padece la tartamudez a la hora de ofrecer una definición de la misma.